Lo hemos escuchado alguna vez: ¡Esa bicicleta cuesta lo mismo que un coche!

¿Es correcta esa comparación?

Si investigamos un poco, llegamos a la conclusión de que tanto dentro de la industria de la bicicleta, como del automóvil hay una jerarquía que clasifica el producto en función del uso al que va destinado.

Y puestos a comparar, vamos a hacerlo bien: enfrentando las mismas categorías.

BICICLETAS URBANAS vs AUTOMÓVILES URBANOS

Lo que se conoce popularmente como un UTILITARIO, es decir un vehículo desarrollado principalmente para desplazamientos urbanos, habría que compararlo con el producto equivalente de la industria de la bicicleta.

Así Renault Clio con un coste de 15.880 € es, ni más ni menos, lo que conocemos como una BICICLETA CON CESTITA, por ejemplo la Conor Soho de 450 €.

Dentro del mismo rango de uso, pero pasando al siguiente escalón tenemos los TURISMOS GAMA ALTA equivalentes a una BICICLETA URBANA DE GAMA ALTA.

Así nos encontramos que un Mercedes Clase A de 38,181.6 €, tiene (duela o no) su equivalente en bicicletas: una Trek District con transmisión por correa valorada en 1.899 €.

Bicicletas deportivas vs automóviles deportivos

Si la industria del automóvil ha clasificado la producción de este nicho en deportivos, superdeportivos e hiperdeportivos.

La industria de la bicicleta no se ha quedado atrás, y sus colecciones de bicicletas orientadas a la práctica deportiva se distribuyen en: ocio, deporte, competición.

Esta clasificación obedece a 2 características principales:

  • Estructura del cuadro (es decir como es están distribuidas las medidas de la estructura que soporta todas las piezas, y al ciclista).
  • Accesorios que monta la bicicleta.

Un VEHÍCULO DEPORTIVO orientado a un uso en carretera y con altísimas prestaciones, como el Ferrari 812 Competizione de 560.000 €, equivaldría a una BICICLETA DEPORTIVA como la Trek Madone SLR 9 AXS GEN 7 de 15.699,00 €

Si exploramos los productos orientados a un uso en tierra, encontramos un TODO TERRENO o SUV LUJO como el Lamborghini Urus valorado en 533.000 € ; y su equivalente en BICICLETA DE MONTAÑA que podría ser algo como la Scott Spark RC SL de 15.319 €.

Bicicletas de competición vs automóviles de competición

Y llegamos al último escalón, fuera del alcance del común de los mortales.

Aquí no es una cuestión de dinero. Ya que poder conducir o pedalear sobre uno de estos productos es algo reservado a deportistas profesionales seleccionados entre la élite mundial.

Estamos hablando de los pilotos de Formula 1, y los ciclistas del Pro Tour por ejemplo.

Cuando hablamos de competiciones con automóviles sobre asfalto, el nivel más alto es la FORMULA 1.

Un F1 tiene coste medio que oscila entre los 12 y los 15 millones de € , y equivale a una BICICLETA DE CARRETERA “PRO TOUR” con un coste por encima de los 20.000 €.

En ambos casos se trata de productos en estado prototipo, que a su vez montan piezas prototipo facilitadas por sus proveedores, que normalmente llegaran al mercado en “versiones comerciales” un par de temporadas después.

Si nos pasamos al ámbito fuera de carretera tendríamos por ejemplo un TODO TERRENO de COMPETICIÓN, prototipo de alguna marca para participar en el París-Dakar, que andan en torno a 1 millón de €.

Su equivalente en BICICLETA MTB de COMPETICIÓN, seria igualmente el prototipo de alguna marca que utiliza la Copa del Mundo como banco de pruebas, y que fácilmente rondan los 20.000 €.

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